Vamos a hacer una escapada en el tiempo, nos vamos al siglo I a. C., a un lugar estratégico de la Vía de la Plata que unía Astúrica (Astorga) en León, con Emérita (Merida) en Badajoz. Hablamos de la ciudad romana de Cáparra, situada en el límite de Guijo de Granadilla y Oliva de Plasencia. Un yacimiento en proceso de recuperación desde finales del año 2000, que cuenta con un buen centro de interpretación. 
Junto al Centro de Interpretación se inicia el recorrido contemplando los restos de una sepultura romana, está construida a base de grandes losas de granito, abundantes en la zona.
El arco tetrápilo, simbolo de Cáparra, se encuentra situado en el centro de la antigua ciudad. Levantado en el siglo I, es un modelo de construcción poco común en la península, por su robustez y por sus cuatro arcos que se sostienen sobre cuatro pilares.
Las termas se encuentran junto al Arco y el Foro, podremos ver aquí entre otros elementos, el ingenioso sistema subterráneo de conducción de aire caliente que proporcionaba calor a algunas estancias, la palestra, donde se practicaba ejercicio y las tiendas o tabernae que pudieron ser almacenes de leña. 
La Vía de la Plata atravesaba la ciudad, coincidiendo en su trazado con el decumanus, que era la calle principal. El anfiteatro, era similar a los construidos por toda la península, aunque reconocible en el terreno, apenas quedan restos ya que su graderío original era de madera. En el foro, son visibles aún los restos de los edificios principales: Basílica, Curia y dos de los tres templos existentes en origen. La visita al centro de interpretación nos permite conocer como fue en su día Cáparra, mediante reproducciones de algunas piezas arqueológicas, una gran maqueta y un audiovisual, que nos guiará en un recorrido virtual por la ciudad tal como fue en el momento de su máximo esplendor.