Viajando por tierras zamoranas, nos topamos con una original iglesia y su sorprendente torre románica. Nos encontramos en Mombuey, una pequeña localidad de apenas 500 habitantes, pero muy importante desde la Edad Media, gracias al paso de peregrinos hacia Santiago de Compostela, en concreto, los que siguen el camino de Fonseca, un ramal del Camino de Santiago que nace en la Vía de la Plata. La singular torre de la iglesia de Santa María es de origen templario y el inicio de su construcción data del siglo XIII, de planta rectangular, consta de tres cuerpos y está construida con piedra arenisca verdosa. En el tercer cuerpo, sobresale el torso tallado de un buey en alusión al nombre del pueblo y está rematada con una cornisa de arcos sobre modillones con figuras humanas, flores y bolas.
Con un sospechoso aspecto militar, uno de los elementos más llamativos de la torre es su chapitel de lados curvos, sin tejas y hueco por dentro, accesible únicamente por un paso exterior en forma de balconcillo, que debía de ser utilizado como matacán.
La utilidad dada por la Orden del Temple a esta torre se relaciona con el hecho de proteger esta zona de las continuas disputas fronterizas entre los reinos de León y Portugal.
Su interior alberga una preciosa talla románica de la virgen, perteneciente al siglo XIII. En los alrededores se halla el Santuario de La Peregrina, un edificio grandioso que fue construido para albergar la imagen de la Santísima Virgen de la Peregrina, realizada en marfil y enviada desde oriente por el obispo superior de Tomkin (Indochina). Su construcción duro desde 1800 hasta 1888 cuando se colocó la última piedra.
A escasa media hora en coche se encuentra la cascada de Sotillo, un buen lugar a visitar también y disfrutar de la naturaleza.