Otra escapadita más por la provincia de Jaén nos lleva hasta la población de Baños de la Encina y su precioso Pantano del Rumblar.
Baños de la Encina conserva excelentemente su pasado medieval, calles y plazas están decoradas con casonas y palacios señoriales. En el centro de la villa se alza la iglesia de San Mateo y en un pequeño monte encontramos la ermita del Cristo del Llano.
Pero lo que realmente nos ha traído hasta aquí es su fantástico castillo. Como un barco varado en la montaña, este castillo milenario fue mandado construir por el califa al-Hakam II en el año 968 y aunque cueste creerlo, originalmente sus murallas y torreones eran blancos como la nieve.
Un recinto amurallado de planta oval poco común en la arquitectura musulmana, formado por 15 torres estrechas y de planta cuadrada que apenas sobrepasan la altura de la muralla, exceptuando la imponente torre del homenaje.
Llamada la Almena Gorda, la torre del homenaje es levantada de cara al pueblo por los nuevos conquistadores castellanos, la torre posee planta cuadrada aunque su frente externo es redondeado con el propósito de evitar las esquinas.