Una bonita escapada por tierras palentinas entre paisajes de paramos y trigales, nos lleva hasta una población fundada en el siglo I a.C. por los romanos, Fons Púdica, cuyo nombre ha derivado hasta el actual Ampudia.
La localidad está presidida por la bella y llamativa torre afilada de la colegiata de San Miguel, apodada como la “Giralda de Campos”, se compone de siete cuerpos separados por impostas y se asienta sobre una construcción románica que alcanza los 63 metros de altura. Su construcción empezó en el siglo XII y se compone de tres naves adornadas con bóvedas de crucería y estrelladas. Junto a los retablos de estilo renacentista, plateresco y barroco, se pueden admirar las capillas de Santa Ana y San Ildefonso. Además, alberga un magnífico órgano barroco, construido en 1779 por Tadeo Ortega, así como numerosas piezas de imaginería y relieve. Fue restaurada de un hundimiento sufrido hace menos de un siglo.
El estilo tradicional de sus casas es de dos alturas, realizadas con adobe y entramados que se apoyan en rústicos troncos sobre bases de piedra, o directamente en columnas de piedra, formando estructuras porticadas. Las calles Ontiveros y Corredera son la mejor muestra para admirar sus soportales, donde algunos postes datan del siglo XIII.
El castillo de Ampudia, es el más importante y mejor conservado de la provincia de Palencia y fue construido entre los siglos XIII y XV. De arquitectura gótica, presenta una planta trapezoidal que cuenta con tres torres cuadradas en las esquinas, la mayor de las cuales es la torre del homenaje. Presenta una fachada distribuida simétricamente y ornamentada con bellas garitas de traza flamenca y un escudo del Duque de Lerma.
Como curiosidad, este castillo fue testigo de la firma del documento del cambio de capital, de Valladolid a Madrid. Actualmente alberga en su interior una variada colección de objetos de arqueología, arte sacro, juguetes, armas, etnografía, etc.
También podemos visitar las ermitas de la Virgen del Castrillo y la de Santiago, esta última, construida entre los siglos XVI y XVII, contiene en su interior un retablo de estilo barroco de la primera mitad del siglo XVIII.