Viajamos a una pequeña localidad andaluza situada a orillas del río Tinto en la provincia de Huelva, hablamos de Niebla, que en tiempos islámicos fue capital de un reino, por eso hoy, prácticamente la totalidad de su casco urbano permanece protegido por murallas árabes. Niebla era conocida por los árabes como «La Roja», por el color de sus murallas. Cincuenta torres y varias puertas fortificadas (de Sevilla, Embarcadero, Agua, Buey, Socorro y Agujero) forman el cinturón defensivo de más de dos kilómetros de longitud, construido en su gran mayoría en el siglo XII, fue reforzado en el XV con un gran castillo.
El origen de Niebla se remonta a la época púnica y romana, que en la antigüedad actuó como un importante puerto en el curso bajo del Tinto. De aquella época conserva restos de numerosas construcciones como su calzada, un acueducto, unas termas y la base de muchos paños de su muralla, de igual forma, la herencia de Roma quedó en la base y aspecto de su famoso Puente Romano, que a día de hoy ha sufrido bastantes reformas.
En el interior del casco amurallado nos encontramos con una vetusta parroquia que se fusiona con restos de lo que fue una mezquita del siglo XI: la iglesia de Santa María de la Granada, de estilo gótico-mudéjar, tiene en su interior una talla de un Cristo atado a una columna, de gran devoción en la localidad.
Aunque fue separada brutalmente de la iglesia de San Martín (antigua sinagoga judaísta), para que los coches podieran circular por enmedio, la iglesia de Santa María de la Granada conserva perfectamente su minarete, el patio de abluciones y unos hermosos arcos.
Siguiendo por tierras onubenses, otro interesante destino podría ser el nacimiento del río Tinto, que se encuentra a unos 60 kms hacia el norte, o si vamos con más tiempo, a unos 30 kms más, la Gruta de las Maravillas en Aracena es algo imprescindible en nuestra retina.
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